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Castillos en el aire

San Juan

Menuda noche más rara la de ayer, fue todo como diferente pero qué bien me lo pasé.
Eso pasa por hacer cosas cuando menos te lo esperas y como menos te lo esperas.
Y estuve en un concierto (porque verlo desde detrás de un cristal también es estar dentro).Y realicé la operación de chapa y pintura entre el baño de un centro comercial y la calle. Y conocí gente. Interesante y de la otra (de hecho muy de la otra, que cosa más rara de persona).
El caso es que por primera vez en mucho tiempo mantuve una conversación bastante amena y coherente con un desconocido; y por raro que parezca no demostré casi nada mi miedo.
Y luego se fue mi momentáneo no-pánico escénico y en la siguiente ronda con el siguiente contrincante me callé por completo, pero no me interesaba hablar cuando de buenas a primeras me vienen diciendo cosas estúpidas. Y luego hemos creado una teoría que según se mire puede resultar tremendamente ofensiva sobre la finalidad de su conversación.
Y lo del resto de la noche da para escribir varios “posts” enteros sobre ello, porque es demasiado surrealista. No puede ser verdad que exista gente así.
Y huir de gente que conoces. Y encontrarte con gente que no ves desde hace más de un año y que la situación no sea incómoda.
Y se me olvidó que era San Juan. Qué buena noche.

2 comentarios

Fuz Neviros -

Es que la noche de San Juan es lo que tiene, y me temo que es igual en todas partes, larga y subrealista!!!

Es la chispa de la vida.

Roberto Zucco -

Me alegra verte alegre, como ya sabes, cinéfila amiga.